Me quedan pocas palabras a las que acudir. El saco de mis pensamientos está vacío. Revuelvo en mi mente, pero solo quedan marañas de antiguos textos recurrentes y un par de ideas inconexas teñidas de gris oscuro, que ya no interesan a nadie.
Esta tristeza de los días entre las paredes -que cada vez son más altas- ha vencido y no consigo insuflar en el teclado ninguna sensación.
Vivo agazapada, despeinada y bebo hasta que vuelvo a caer en el letargo para despertarme -obligada- retorcida entre las sábanas. Me obligo a abrir los ojos y ver esas nubes de mayo que siempre me gustaron. Esas de formas voluptuosas, tormentosas, provocadoras... Nubes de algodón acogedoras, dispuestas a acunarme.
Y salgo con la mente, consigo desplegar las alas hasta ellas y decido que quizás -sólo quizás- mañana me atreva a cruzar el umbral de la puerta.
Ese umbral es lo que la separa de una vida de luz ..Hay personas que temen y mucho pasar el umbral . Un buen texto . Abrazos y muy feliz noche.
ResponderEliminarLeo textos sombríos, ominosos, depresivos, leo textos relacionados con esta pandemia y este semiencierro. ¿Qué sería de nosotros si tuviesemos que vivir una guerra en nuestro territorio?
ResponderEliminarBesos.
Estupendo. Con sintesis y elocuencia has graficado la profunda desazón ante el encierro obligado que oprime cuerpos y almas. Muchas gracias por suamrte a nuestra propuesta juevera. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bien descrito llevándote a la comprensión de las personas que tienen este síndrome.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Sylvia , vaya con el síndrome de la cabaña o también el síndrome
ResponderEliminarde Estocolmo , esperemos que pronto cambies para bien , ya que la botella
no es buena compañera de viaje si no es claro , una botella de Coca-Cola cero , jajajaja
muy bueno tu relato , te comento que ayer publique las segunda parte del relato de los posos del café , aquí te dejo el enlace por si lo quieres leer cuando tú quieras o te venga bien besos de
flor.
https://pandoraysubaul.blogspot.com/2021/05/los-posos-del-cafe-22.html
Siguiendo las pautas marcadas por Neo pero con tu toque personal, es el segundo aporte que leo y duele pensar que pueda ocurrir. Abrazos
ResponderEliminarCreo que ha entrado en un círculo de cual tiene poca intención, al menos hoy... quizá mañana...
ResponderEliminarBss.
Yo a tu protagonista le recomiendo su participación en los jueves jueveros....Siempre hay alguién que con un nuevo tema, inspira...
ResponderEliminarUn abrazo de jueves festivo.
Muy angustioso y descriptivo el texto. La antiguas ideas quizas le interesen a alguien. muy buena la figura de las paredes crecientes que figuradamente estrechan el cerco.
ResponderEliminarbesoosss, Silvia
has usado colores y no colores, es curioso lo poco que he pintado durante la pandemia ha sido temas que he desarrollado en técnica " grisalla" como tu relato: blanco negro y grises. Y es que "Macarena" no nos ha dado mucha alegría, ha sido más bien " Filomeno" la que ha descargado sobre nuestro estado de ánimo. Un abrazo
ResponderEliminarLa mente... esa desconocida...
ResponderEliminarExcelente! Un placer leer tan buena literatura.
ResponderEliminarSaludos, compañera
Me ha recordado a la agorafobia, ese pánico a salir a la calle. Ha de ser desolador. Muy bien narrado.
ResponderEliminarUn abrazo
Um texto angustiante, muito bem escrito, num registo notável que expressa com clareza , como esta pandemia veio agravar o síndrome, tantas vezes ignorado.
ResponderEliminarAgora, sabemos que na intransponível forma que a vida nos dá, somos cada vez mais uma sombra silenciosa que compreendeu finalmente a intangível, frágil e perfeita arquitectura da vida, sabendo que a morte é o mais privado de todos os encontros...
Un abrazo!