Escribo: "Tengo el estómago y el alma revueltos..."
Hechos: Salto desde la vertiginosa rutina del trabajo al vacío del primer día en casa. Me despedí con un "no me hago a la idea" y sigo en ese limbo.
Pienso: Es el primer año (desde hace tantos que ni me acuerdo, o quizás desde nunca) que no se cómo llenar los huecos de mi primer día en casa. Tengo una lista tan decepcionante de cosas por hacer que, hasta que empiece con mochila y ruta, sólo puedo salvar con dignidad dos: leer los dos libros pendientes desde el mes de abril y escribir unas palabrejas en este mi rincón del abandono. Ambas requieren una concentración que hoy no poseo... he debido gastar un buen cargamento en los últimos días de trabajo.
Siento: La cabeza agitada con mil pensamientos pegándose entre sí, buscando mi atención, son una fila de niños malcriados empujándose, peleando por estar los primeros en la fila mental. Será el cierzo que los agita, será que han estado felizmente aletargados durante tantos meses...
Rehuyo: Y entro en mi fase más asocial ahora que el tiempo me lo permite.
Me apena: Que la paz que me produce no desear nada, abandonar el agobio por la incertidumbre también me borra la chispa y la emoción de lo que vendrá.
Escribo: Hoy es 1 de julio. Nueva etapa. Nuevos vientos... habrá que volarlos.
Que vuelen bien alto y lejos, en pos de cosas nuevas.
ResponderEliminarQue tu nueva etapa sea lo que tú realmente desees, llegara, data tiempo. Un beso.
ResponderEliminarDate tiempo, unos minutos y ponte en modo "libertad" luego deja fluir los tiempos. Que todo lo que te llegue te guste. Un abrazo
ResponderEliminarYa habrá que renovar las ilusiones que son tan necesarias para disfrutar dentro de tantas obligaciones diarias. Que las encuentres Sylvia.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce mes.