Poseo unos pocos lugares y tiempos que, cuando cierro los ojos buscando calma, vuelven de manera recurrente a mi memoria a modo de sensación. Me sorprendo con la elección al azar de mis neuronas, devolviéndome los lugares en un modo etéreo, lento, sin sonidos. Son tan pequeños los instantes de luces, aromas y una pacífica sensación de olvidarme del mundo... que se volatilizan al intentar acurrucarme en ellos (lo siento -dicen las neuronas- sólo tiene disponibles estos segundos de grabación).
Tal vez sean rastros que, afortunadamente, quedaron tras borrar escozor, monotonía y desasosiego... con mi dramatismo de fábrica, cuando el traje de esta vida vulgar me pica, aprieta e incomoda.
Y...
Tal vez este sea el fin de este blog: la escritura de percepciones caóticas con crípticas palabras, sin más sentido que darles un poco de la vida que en otro momento tuvieron, porque es otoño y hay que renacer en otoño.
¿Qué tal os sienta el otoño?
El otoño es renovación, aunque personalmente no me afecta tanto anímicamente como si lo hace la primavera.
ResponderEliminarBesos dulces Sylvia y dulce semana.
Pues mira por dónde, hablo del otoño en la entrada 286, programada para el lunes. Desde la entrada número 70 que no hablaba de esa estación. No es que me siente mal el otoño. Lo prefiero a la primavera, que sí he puesto a parir.:)
ResponderEliminarNo me gusta nada el otoño, pero a fuerza de leer lo que escribís de él, cada vez me familiarizo más con él.
ResponderEliminarBesos
Me encanta el otoño, cuando se porta como debería , aunque llevamos años que eso no es lo habitual. Creo que todas las estaciones son bonitas y cada una tiene su encanto.
ResponderEliminarEl otoño es por excelencia la estación más romántica. y donde los colores nos transmiten serenidad.
Un besazo, Sylvia.
El otoño me da vida. Un beso
ResponderEliminarEl otoño es un buen momento para reflexionar, creo yo, y más si amas la naturaleza y te adentras entre las hojas que caen en una cascada lenta, llenando de rojos, ocres y naranjas el entorno. Parar es bueno, detener cualquier reloj, ya sea digital o analógico es bueno; conversar junto al color del otoño y una grata compañía es bueno. Es lo que siento hacia el buen otoño.
ResponderEliminarTu reflexión es inspiradora. Gracias por compartirla.
Te invito a leer mi último relato, si te parece bien:
https://marcosplanet.blog/el-dragon-la-princesa-y-la-dama-de-honor/
Saludos.